PRÓLOGO
"Sabes días antes del paso del huracán María le pregunté al Señor si era necesario tomar contingencias, almacenar agua, incurrir en gastos de compra de alimentos, baterías entre otras cosas necesarias y él me respondió claro y fuerte PREPÁRATE. Pero aun tomando las medidas para el paso de "un huracán más" por la Isla mis esfuerzos fueron pocos y mis capacidades de sobrevivencia fueron llevadas al límite.
Esa respuesta de Dios a prepararse bajó del cielo con sabiduría divina, con una visión más allá de mi limitada capacidad para apreciar la magnitud del evento que acontecerá en los días siguientes pues no solamente me advertía de la horrible devastación del huracán Maria sino de algo más...
...PRINCIPIO DE DOLORES.
La pandemia a causa del COVID-19 y los largos periodos de cuarentena además de dejar en claro nuestra vulnerabilidad, nuestra incapacidad de afrontar un evento de gran magnitud y lo poco preparados que estamos nos facilita un tiempo de reflexión y preparación para lo que ha de acontecer. Es un hermoso tiempo para conocer la compañía de Dios, su protección y su provisión.
La iglesia aunque cuenta con la cobertura de Dios no es inmune por lo que es responsable estar PREPARADOS para ofrecer apoyo y sostén a las personas afectadas; así como de contribuir a que las comunidades estén mejor preparadas para enfrentar, mitigar y prevenir en la medida de lo posible. Un plato de comida caliente después de un desastre natural, una botella de agua en medio de la escasez, una palabra de esperanza en medio de la crisis pueden transformarse en oportunidades para manifestar el amor de Dios, mediante el servicio, la solidaridad y el sustento que pueden brindar la iglesia y sus miembros."
"Por eso, también vosotros estad PREPARADOS, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre".
MATEO 24:44